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Foto del escritorAndrea Laura Falcone

Al 90% de las personas le angustia pensar en la jubilación

Actualizado: 8 sept 2022

Un reciente estudio llevado a cabo por la ONG Comunidad +55 reveló que 9 de cada 10 adultos mayores de 55 años experimentan angustia y ansiedad al pensar en la jubilación.




Según Robert Laura, escritor y columnista de Forbes “El pensamiento negativo puede resultar constructivo. Un poco de pesimismo puede ser bueno en el contexto adecuado. Una planificación temprana, considerando el peor escenario, puede prevenir los errores más usuales.” El reconocido psiquiatra y escritor José Abadi, en cambio, considera que “El pesimismo es un rasgo que inhibe, está ligado a los miedos y resta iniciativa. Es un estado de ánimo ligado a la desvalorización y a un prólogo de posibles cuadros depresivos. El verdadero aliado en el logro de los objetivos es el optimismo lúcido, que tiene criterio y principio de realidad. Es una apuesta a la esperanza”.

Es importante considerar que según la Encuesta Nacional sobre Calidad de Vida de Adultos Mayores del INDEC (2012), el 8,2% de los mayores de 60 años fueron diagnosticados con depresión. En este contexto, se torna impostergable una intervención interdisciplinaria sobre esta cuestión.


¿Por qué en nuestro país se encuentra arraigada una connotación tan disvaliosa de la jubilación? Probablemente porque hemos estado en contacto durante cuatro décadas con noticias negativas, relacionadas con el estado de necesidad en el que viven los jubilados, su sistemática pérdida de poder adquisitivo y la presentación masiva de demandas judiciales contra el Estado.


Por otra parte, la posibilidad de retirarse laboralmente se comienza a percibir en una edad temprana. En contextos de coyuntura difíciles, como el que atraviesa hoy la Argentina, surgen con mayor prevalencia los planes de retiro anticipado. Estos programas se encuentran dirigidos al segmento de empleados de mayor edad, quienes dejan de trabajar, pero conservan la cobertura de salud y perciben una asignación mensual desde el retiro hasta el momento de cobrar el primer haber previsional.


Según la consultora Mercer, ya en 2014 el 36% de las empresas líderes había implementado planes de retiro anticipados. La percepción del retiro anticipado varía según el nivel socioeconómico alcanzado por el empleado. Los cargos jerárquicos pueden considerarlo una oportunidad para disfrutar en familia, viajar y retomar hobbies. Pero para la gran mayoría genera un impacto complejo. Manuel, quien desempeño sus tareas para una empresa de la industria alimenticia durante 25 años, sostuvo que “irse a casa a los 60 años puede resultar difícil. En algunos casos te causa depresión, tristeza, baja autoestima y problemas de convivencia. Además, me siento joven para estar sin hacer nada”.


En cuanto al motivo por el cual las personas desearían continuar trabajando, el CEPAL en el informe “La Inserción Laboral de las Personas Mayores en América Latina” (2018) concluye que “la falta de una jubilación surge como factor principal para la inserción laboral de las personas mayores. Por otra parte, si bien recientemente aumentó la proporción de personas mayores jubiladas, la tasa de ocupación de este grupo etario no bajó, por el contrario, aumentó levemente. Esto reflejaría, por un lado, los bajos montos de las prestaciones y, por el otro, sobre todo entre personas de mayor nivel educativo, la preferencia por mantenerse económicamente activas (para seguir haciendo una contribución productiva, mantener relaciones sociales, plantearse objetivos específicos, entre otras cosas)”.


El contexto actual no colabora. Según el reciente informe “Perspectivas Sociales y de Empleo en el Mundo” elaborado por la Organización Internacional del Trabajo “de cara al futuro, el crecimiento del empleo previsto no será suficiente para colmar las brechas abiertas por la crisis. Cabe esperar que a partir del segundo semestre de 2021 se inicie una recuperación paulatina y desigual de la economía mundial. Sin embargo, el empleo proyectado para 2021 seguirá siendo más bajo que su nivel previo a la pandemia”.

La crisis ha afectado también a muchos jóvenes en un momento crucial de sus vidas, dado que hay menos puestos de trabajo disponibles y el desempleo es más elevado. No se puede obviar el hecho de que la pandemia, además, ha perturbado gravemente las oportunidades educativas, sobre todo en las regiones del mundo que carecen de la infraestructura para pasar a la enseñanza a distancia.


El pensador y comunicador español Borja Vilaseca sostiene “Estamos dejando atrás la era industrial, estamos invitados a reinventarnos, reinventar nuestra actitud, nuestra manera de relacionarnos con el mercado laboral. Hoy la principal fuente de riqueza es el conocimiento, la inteligencia y la creatividad. Debemos aprender algo revolucionario: a valernos por nosotros mismos. Debemos resolver nuestros problemas económicos y financieros. Estamos esperando que el Estado se ocupe de nuestras necesidades, este ha sido el mindset del Siglo XXI. Pues ya no puede hacerlo. ¿Como podría si está totalmente endeudado?


Se nos presenta una oportunidad única. Los más jóvenes necesitan estimulación y traspaso del conocimiento. Por su parte, los mayores no quieren jubilarse aún. Andy Stalman, el experto en branding que trabajó junto a Barack Obama, se pregunta: ¿acertamos jubilando la experiencia?El foco de atención de las empresas está puesto en las nuevas generaciones. Sin embargo, no hay un plan sobre cómo poner en valor la experiencia de los “seniors”. Para las tribus el anciano era el referente del grupo, su sabiduría radicaba en su experiencia. En la actualidad lo viejo está mal visto, se desacreditan los años y se menosprecia su saber”.


Y, por otra parte, cuando uno hace lo que le gusta, ¿por qué se retiraría? Mirtha Legrand está al frente de una cámara hace 81 años y a sus 94 vuelve una vez más a sus almuerzos. Mick Jagger continúa su fabulosa carrera haciendo giras a los 78 años. Albert Einstein trabajó hasta su muerte, a los 76 años, a pesar de sufrir una dolorosa enfermedad. Se trata, entonces, de poder hacer lo que a uno le gusta. El planteo sería, en todo caso, que oportunidades tienen los mayores de 55 o 60 años de identificar necesidades y generar soluciones. La edad cronológica solo marca el paso del tiempo, pero de ninguna manera puede ser un impedimento para mantenerse activo, creativo y continuar generando riqueza.


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